lunes, 25 de agosto de 2008

INCOMPRENSIBLE

Yace mi cuerpo, casi desarmado por completo, en el piso del patio. Las velas que no existen me recuerdan la valiosa prosperidad de la noche y como te imagino es fabulosamente incomprensible.
Ellas siguen ahí, yo aquí. La vida no espera cambios, solo transformación de esas transformaciones que ya hemos vivido, una puntuación absurda de nuestro propio tiempo, totalmente irremediable.

No hay comentarios: