Un poeta maldito por las distinciones enérgicas de un tango, se lava la cara, todo el cuerpo, los grifos, los ruidos, la mañana y el espejo de un baño en algún lugar claro.
Con tanto frío en verano acá en casa talvez aprenda a ser un hombre primordialmente, como Jerónimo y Pieter, y los grifos de nuevo en la casa vagabunda.
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